En una semana, más o menos, volveremos a empezar. Será
nuestra 3era FIV-bis. La tercera fue tan desastrosa que Doc no quiere contarla.
Así que nos referimos al nuevo tratamiento como un “bis” del anterior: la última
canción de un concierto, esa que pide el público con las luces de la sala ya
encendidas y los músicos sentados al borde del escenario. Así será nuestra próxima
Fecundación in Vitro. La canción inesperada. El último intento antes de cambiar
el rumbo.
Y como nuestra historia ya suma un par de páginas, he
pensado que ha llegado el momento de hacer un balance del camino que llevamos
recorrido. Por si alguien se ha subido ahora a nuestro tren y quiere saber como
llegamos hasta aquí. Esta es la cronología de nuestra búsqueda:
Junio de 2012: empezamos la búsqueda. Yo: 29 años. Él 39.
Junio de 2013: mi ginecóloga me hace una ecografía
rutinaria, analíticas hormonales y un seminograma a mi chico. Todo perfecto.
Apunta “Infertilidad de Origen Desconocido” en un papel y me receta Omifín +
relaciones programadas.
Julio de 2013: Primer ciclo de Omifín negativo,
hiperestimulación leve y quiste residual. Decidimos ir a una clínica
especializada. La llamamos Clínica 1.
Setiembre de 2013: En Clínica 1 piden más pruebas. Analíticas
completas para los dos e histerosalpingografia para mí. Todo sigue perfecto.
Octubre 2013: Primera FIV en Clínica 1. Obtenemos 11 folículos,
de los cuales, 7 óvulos maduros. Fecundan todos. Me transfieren dos embriones
tipo A. Del resto, solo uno llega a blastocisto con buena calidad. Lo
vitrifican.
Noviembre 2013: Beta negativa.
Enero 2014: Ciclo de transferencia del embrión congelado. Me
recetan Meriestra para “engordar” el endometrio. Nos dan muchas esperanzas. Al
cabo de 12 días: Beta negativa.
Febrero 2014: En Clínica 1 no nos dan ninguna explicación y
detectamos contradicciones entre los biólogos y las ginecólogas. Pedimos que me
hagan analíticas de fallo de implantación y, milagrosamente, el seguro accede.
Abril 2014: Decidimos cambiar de centro y apostamos por el más
conocido de nuestra comunidad. Visitamos la Clínica 2 y conocemos a nuestro
Doc. En los resultados de fallo de implantación hay un valor de coagulación
alterado. Nos manda a un hematólogo que me diagnostica una posible hemofilia. Para
mí no hay riesgo, pero si soy portadora podría afectar a mis hijos varones. Durante
un mes vivimos con el corazón en un puño. Me repiten las pruebas. El seguro no
quiere cubrirlas. Me quedo en el paro. Y el mundo se me cae encima.
Mayo 2014: Empiezo a escribir este blog porque no puedo más.
Al día siguiente nos llaman del laboratorio: hubo un error. Mis valores son
normales. Podemos empezar la FIV con nuestro nuevo Doc. A veces creo que todo
aquello fue una broma pesada…
Mayo 2014: Segunda FIV. 6 óvulos maduros. Fecundan todos. Me
transfieren dos, uno tipo B y otro C. Del resto no pueden vitrificar ninguno.
Junio 2014: Beta negativa.
Septiembre 2014: Seguimos buscando un porqué. Histeroscopia
diagnóstica. Todo normal, como siempre. Doc apunta a una posible mala calidad
de mis óvulos pero, aunque pocos, solemos conseguir un par de embriones de
calidad en cada estimulación. Así que seguimos adelante.
Octubre 2014: Tercera FIV. La estimulación va muy bien. Doc
cuenta hasta 11 folículos de buen tamaño. Pero el día de la punción descubren
que la ovulación ha empezado antes de tiempo y solo pueden rescatar dos óvulos.
Fecunda uno. Muy buena calidad. Lo vitrifican en día 3 porque tengo la
progesterona y el estradiol muy elevados.
Diciembre 2014: Transferencia en ciclo natural de nuestro pequeño campeón. Beta
negativa a los 10 días.
Enero 2015: No sabemos qué hacer. Doc propone otra FIV (la
tercera-bis). Quiere estar seguro de que lo nuestro no es solo “mala suerte”
antes de tomar otras decisiones. Nos propone un tratamiento en dos partes:
Estimulación y vitrificación / Descanso/ Transferencia.
Es “su regalo”. Solo pagaremos la medicación. Es nuestra última
canción… el último bis antes de tomar otro camino.
Pd.- Perdonad por una entrada tan larga! Necesitaba sacarlo
todo antes de volver a empezar…