“Eres un trasto”. Son palabras de Doc. Nos
vimos el miércoles porque quería comprobar mis niveles hormonales después de la
transferencia. Dice que no quiere dejar “ni un cabo suelto”. Y yo se lo
agradezco…
Pero a lo qui íbamos. Soy un “trasto” según
Doc. Un desastre. Un cuadro. Una caja de sorpresas. El martes de madrugada
empecé a encontrarme mal: gastroenteritis. Fuimos a urgencias y ante la
posibilidad de un embarazo me dejaron ingresada 8 horas, con sueros para
rehidratarme. Al día siguiente era mi cita con Doc y al verme entrar, hecha un
fantasma, con ojeras hasta los pies y algún quilo menos, se asustó. “Eres un
trasto”, me repetía, “¡¿a quién se le ocurre?!”. Y al final, terminó riéndose
(para no llorar, creo yo).
Eso sí, las hormonas están perfectas y me
juró y perjuró que mi capítulo gastrointestinal no afectará “para nada” al
resultado del tratamiento.
Pd.- El martes que viene es el día D (o B, de
beta). Y ni Doc ni Él me acompañaran. El primero no trabaja ese día y el
segundo no ha podido cogerse ni una hora libre. Así que me enfrentaré sola al
veredicto. Deseadme suerte. Creo que la necesito…
Mucha suerte, Alba! El cuerpo y los nervios nos juegan malas pasadas pero la vida es muy fuerte. Si tiene que ser, será! Cruzo lo dedos.
ResponderEliminarMucha suerte! La gastroenteritis quién sabe si te ha pillado por tener las defensas bajas;) , no te queda nada y ojalá ojalá nos des la gran noticia!
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