jueves, 29 de enero de 2015

Emilia

 
Hoy comprendí la grandeza de todas estas historias compartidas. De los lazos que nos unen. De los caminos que un día se cruzaron.
Hoy siento dolor por alguien a quién nunca he visto. Hoy tengo un nudo en la garganta. Hoy lloro por un corazón roto a miles de quilómetros de aquí...
 
No es justo. Nada de todo esto lo es. Pero mi lucha, mis preocupaciones, no son nada si las comparo con el dolor tan grande que ahora vosotros sentís.
Hoy me siento egoísta, caprichosa e infantil por preocuparme por tonterías. Por no haberme reído ni una sola vez en la últimas semanas.
 
Porque luego enciendo el ordenador y leo que nuestra leoncita, Emilia, se apagó. Y una vez más, tan pequeña, tan valiente, me da una lección. Y agacho la cabeza y le doy la razón. La vida es tan absurda que hay que vivirla, disfrutarla...
 
Lo siento mucho, mucho. No tengo palabras. Solo espero que la gente que os quiere y os tiene cerca os dé todo el cariño y los abrazos que yo, sin conoceros, os daría.
 
Estoy aquí. Justo a vuestro lado. Al otro lado del mar.


viernes, 23 de enero de 2015

Mientras esperamos, una canción

Un día, el amor de mi vida me regaló esta canción.
Ahora nos acompaña.
Y nos recuerda que los muros también caen.
 
Espero que os guste.
 
 
 
Hay días que son diamantes, hay días que son rocas
Algunas puertas están abiertas, algunas carreteras están bloqueadas

Los atardeceres son de oro, luego se desvanecen
Pero si nunca hago nada, volveré atrás algún día?

Porque tienes un corazón tan grande que podría aplastar esta ciudad
No puedo aguantar para siempre, pero incluso los muros se caen

Alrededor de mi isla hay una barricada
Se mantiene el peligro, se sostiene en el dolor

A veces eres feliz, a veces lloras
La mitad de mí es océano, la mitad de mí es cielo

Pero tienes un corazón tan grande que podría aplastar esta ciudad
Y no podrás aguantar para siempre, pero incluso los muros se caen

Y algunas cosas se terminan, otras se van
Tienes una parte mi, otra ya se ha ido.

Pero tienes un corazón tan grande que podrías aplastar esta ciudad
No siempre se puede aguantar, pero incluso los muros caen…
 
"Walls", Tom Petty and the Heartbreakers

viernes, 16 de enero de 2015

Tenemos un plan!



 
- Dispara.

Doc sabe que tengo mil preguntas, pero a mí solo me sale una:

- Qué hacemos?

- Seguir. Empezar cuanto antes.

- Y ya está??

- Sí, ya está. Lo haremos en dos tiempos. El primero: estimulación, punción, fecundación y vitrificación. Y el segundo: transferencia.

- Pero…

- Quiero hacerlo así. Y sólo tendréis que pagar la medicación. Del resto me encargo yo. Pero vamos a darnos otra oportunidad.

Nos miramos. Miramos a Doc. Decimos “gracias” a la vez y él nos mira serio. Hasta que mi chico le suelta: “¿Nos has hecho una tarjeta regalo por ser clientes asiduos?”  Y entonces nos reímos los tres. Y a mí se me quita un peso enorme de encima. Y noto como después de mucho tiempo, respiro otra vez. Entonces recuerdo el plan de Doc y le insisto…

- Ya llevamos tres FIV negativas, no son muchas?

- No. Para nosotros son dos. La última fue un desastre, ovulaste antes y para mí no cuenta. Necesito hacer 3 tratamientos de Fecundación In Vitro completos para tomar decisiones.

- Y donde está el plan mágico para embarazarme??

- (se ríe) Es este! Seguir! Volver a intentarlo!

Así que este es nuestro plan. Una última oportunidad “antes de tomar otro camino”. Le he dicho a Doc que empezaremos la primera fase (estimulación) con la regla de febrero, ahora no puedo ni quiero. Necesito un mes más para ser yo. A él le ha parecido perfecto porque quiere repetir algunas analíticas hormonales. Y ya a partir de marzo, pensaríamos en la transferencia.

Y esta es la crónica de nuestra cita con Doc. El balance? Positivo! Noto que tengo las pilas algo bajas pero me he propuesto recargarlas si o si. Vamos a necesitar toda la fuerza del mundo para esta próxima batalla. Es el momento de seguir adelante...

martes, 13 de enero de 2015

El silencio


 
En el tratamiento que me hice el pasado mes de mayo, tuve una gastroenteritis durante la betaespera.
 
Después de la punción del mes de octubre, faringitis.
 
Y esta Navidad, tras el negativo, perdí la voz. Empezó como un resfriado común y poco a poco fui quedándome afónica. Y así sigo, 3 semanas después.
 
Mi familia dice que vaya al médico. Y a mi me da una pereza enorme. Sé lo que me pasa: hablo demasiado, en el trabajo no paro, ni con los amigos… y mi garganta ha dicho basta.
 
Buscando por Internet (Doctor Google!) he leído que la afonía puede tener una explicación emocional después de un período prolongado de estrés. No soy mucho de creer en la somatización pero la verdad es que mi cuerpo se empeña en que le escuche.
 
3 tratamientos, 3 enfermedades, no dicen mucho de mi.
 
Igual mis defensas me están pidiendo unas vacaciones. Habrá llegado ya el momento de parar?
 
Mi chico me repite el mantra impuesto por Doc: “Eres muy joven”. Y yo me quedo en silencio, agradeciendo que mis cuerdas vocales estén en huelga para que no se me escape un “ya no puedo más”.
 
Objetivamente, debo ser muy quejica. 3 Fivs no son “para tanto”. “Sólo” llevamos dos años y medio. 31 años “no son nada”. Y recuerdo lo que le dije a Doc la última vez que hablamos: “lo único que quiero es que esto se acabe. Estoy harta de ser la-que-no-se-queda-embarazada. Soy mucho más que eso pero no puedo pensar en nada más. Que se acabe YA. Vamos a ovodonación”. Y Doc me dice que no. Que aún no. “Yo soy el medico y no voy a hacerte una ovo solo porque estés cansada. Si quieres, tómate un respiro. Y ya hablaremos”.
 
Y en eso estoy. Respirando. En silencio.
 
Hace media hora, en un arranque de optimismo, he llamado a la Clínica para pedir hora. El viernes tengo cita con Doc. Igual tiene un plan o cree que hay que seguir intentándolo. Confío en él más que en mi misma, así que le escucharé y le haré caso. Me dejaré llevar.
 
Mientras, mi chico me obliga a volver a hacer deporte. A comer fruta. A recuperar las vitaminas y el ácido fólico del fondo del cajón. Él cree que lo conseguiremos. Hasta sueña con la idea de tener mellizos!
 
Y si Él está tan convencido… porqué no voy ha estarlo yo?
 

Seguimos viajando hacia nuestra última estación...

domingo, 4 de enero de 2015

No te rindas


Gracias, Laura, por este regalo! Con tu permiso, lo comparto para que nadie tenga la tentación de rendirse…“aunque el frío queme, aunque el miedo muerda”. Siempre hay tiempo para retomar el vuelo…
 
Y en eso estamos, reconstruyendo nuestro corazón, juntando fuerzas y energía, porque la rendición de momento no entra en nuestros planes. Seguimos caminando hacia nuestra última estación...


No te rindas, aún estás a tiempo
de alcanzar y comenzar de nuevo,
aceptar tus sombras, enterrar tus miedos,
liberar el lastre, retomar el vuelo.

No te rindas, que la vida es eso,
continuar el viaje, perseguir los sueños,
destrabar el tiempo, correr los escombros y destapar el cielo.

No te rindas, por favor no cedas,
aunque el frío queme, aunque el viento muera,
aunque el sol se esconda y se calle el viento,
aún hay fuego en tu alma, aún hay vida en tus sueños.

Porque la vida es tuya y tuyo también el deseo,
porque lo has querido y porque te quiero
porque existe el vino y el amor, es cierto,
porque no hay heridas que no cure el tiempo.

Abrir las puertas, quitar los cerrojos,
abandonar las murallas que te protegieron,
vivir la vida y aceptar el reto,
recuperar la risa, ensayar el canto,
bajar la guardia y extender las manos,
desplegar las alas e intentar de nuevo,
celebrar la vida y retomar los cielos.

No te rindas, por favor no cedas
aunque el frío queme, aunque el miedo muerda,
aunque el sol se ponga y se calle el viento.

Aún hay fuego en tu alma, aún hay vida en tus sueños,
porque cada día es un comienzo nuevo,
porque esta es la hora y el mejor momento,
porque no estás sola, porque yo te quiero.