sábado, 28 de febrero de 2015

Se puede?

A veces pienso que no, que no podré. Que esto es muy duro, que mi cuerpo no puede más.
 
Ayer fue nuestro tercer control de nuestra tercera Fiv-bis. Doc está preocupado. Ya no me sonríe ni bromea cuando me ve. Está concentrado y afronta cada visita con cierta tensión. Lo noto. En el segundo control, el miércoles, vio un folículo de 18 mm después de 5 días de estimulación. Un disparate. Aún así, el resto seguían creciendo bien. Contó una docena, cifra récord por ser yo.
 
El jueves empezó el dolor. Constante. Que se expande hasta la boca del estómago y la espalda. Dolor de manual cuando hay líquido libre en el abdomen. Y si hay líquido es porque algún folículo se ha roto. Ovulación. Mi pesadilla. La pesadilla de Doc.
 
Por eso ayer entré en su consulta doblada por los pinchazos y el miedo. Y al verme llegar frunció al ceño. Ecografía vaginal y abdominal. Revisión a fondo, en silencio, solo un murmullo de Doc: “no vas a darme nunca una alegría?” Le miré con cara de culpa. Y siguió contando folículos.
 
De momento todos siguen ahí, incluso el gigante que ya mide 20 mm, y aún quedan dos días de pinchazos: Gonal para que sigan creciendo y Orgalutran para evitar nuestro mayor temor, una ovulación espontánea. Parece que de momento funciona…
 
Y el dolor?
 
Según Doc, tengo los ovarios inflamados y mientras siga corriendo de acá para allá, dolerán. Así que reposo absoluto por riesgo de hiperestimulación y torsión ovárica.
 
Y así estoy. Inventado excusas en el trabajo, echando de menos mi vida, mi normalidad, mi cuerpo, mi inocencia…
 
Echando de menos las bromas de Doc cuando nos conoció y pensó que seríamos “un caso fácil”.
 
Echando de menos mis fuerzas y mi determinación. No puedo más. No quiero más. No volveré a empezar otra vez. Tiro la toalla.
 
O quizás son las hormonas las que hablan por mí, y en realidad es cierto aquello de que “sí, se puede”. Quién sabe…
 
 

domingo, 22 de febrero de 2015

300


300 UI. Esta es la dosis de Gonal para mi tercera FIV-bis. Casi el doble que las otras veces. Una bomba de relojería para comprobar de lo que es capaz mi cuerpo serrano. Lo importante, según Doc, es conseguir el mayor número posible de óvulos maduros para poder congelar e ir intentando transferencias en ciclo natural. Empecé con los pinchazos el viernes y ya tengo un morado en la tripa. Parezco novata. Pero no. Me manejo con las agujas cual profesional, casi sin inmutarme, deprisa y corriendo, con el tiempo justo entre el trabajo y las cenas con los amigos. Mi chico me mira con una mezcla de admiración y sorpresa ante la normalidad que le doy al proceso. Yo misma no me reconozco, si no fuera por la mala leche que empieza a asomar…
 
De momento no estoy ni optimista, ni triste, ni asustada… simplemente decidida. Es un paso más. Lo tengo que hacer y en eso estoy.
 
Mientras, a mi alrededor, la vida sigue…
 
 
 

viernes, 13 de febrero de 2015

Reiniciando...


En una semana, más o menos, volveremos a empezar. Será nuestra 3era FIV-bis. La tercera fue tan desastrosa que Doc no quiere contarla. Así que nos referimos al nuevo tratamiento como un “bis” del anterior: la última canción de un concierto, esa que pide el público con las luces de la sala ya encendidas y los músicos sentados al borde del escenario. Así será nuestra próxima Fecundación in Vitro. La canción inesperada. El último intento antes de cambiar el rumbo.
 
Y como nuestra historia ya suma un par de páginas, he pensado que ha llegado el momento de hacer un balance del camino que llevamos recorrido. Por si alguien se ha subido ahora a nuestro tren y quiere saber como llegamos hasta aquí. Esta es la cronología de nuestra búsqueda:
 
Junio de 2012: empezamos la búsqueda. Yo: 29 años. Él 39.
 
Junio de 2013: mi ginecóloga me hace una ecografía rutinaria, analíticas hormonales y un seminograma a mi chico. Todo perfecto. Apunta “Infertilidad de Origen Desconocido” en un papel y me receta Omifín + relaciones programadas.
 
Julio de 2013: Primer ciclo de Omifín negativo, hiperestimulación leve y quiste residual. Decidimos ir a una clínica especializada. La llamamos Clínica 1.
 
Setiembre de 2013: En Clínica 1 piden más pruebas. Analíticas completas para los dos e histerosalpingografia para mí. Todo sigue perfecto.
 
Octubre 2013: Primera FIV en Clínica 1. Obtenemos 11 folículos, de los cuales, 7 óvulos maduros. Fecundan todos. Me transfieren dos embriones tipo A. Del resto, solo uno llega a blastocisto con buena calidad. Lo vitrifican.
 
Noviembre 2013: Beta negativa.
 
Enero 2014: Ciclo de transferencia del embrión congelado. Me recetan Meriestra para “engordar” el endometrio. Nos dan muchas esperanzas. Al cabo de 12 días: Beta negativa.
 
Febrero 2014: En Clínica 1 no nos dan ninguna explicación y detectamos contradicciones entre los biólogos y las ginecólogas. Pedimos que me hagan analíticas de fallo de implantación y, milagrosamente, el seguro accede.
 
Abril 2014: Decidimos cambiar de centro y apostamos por el más conocido de nuestra comunidad. Visitamos la Clínica 2 y conocemos a nuestro Doc. En los resultados de fallo de implantación hay un valor de coagulación alterado. Nos manda a un hematólogo que me diagnostica una posible hemofilia. Para mí no hay riesgo, pero si soy portadora podría afectar a mis hijos varones. Durante un mes vivimos con el corazón en un puño. Me repiten las pruebas. El seguro no quiere cubrirlas. Me quedo en el paro. Y el mundo se me cae encima.
 
Mayo 2014: Empiezo a escribir este blog porque no puedo más. Al día siguiente nos llaman del laboratorio: hubo un error. Mis valores son normales. Podemos empezar la FIV con nuestro nuevo Doc. A veces creo que todo aquello fue una broma pesada…
 
Mayo 2014: Segunda FIV. 6 óvulos maduros. Fecundan todos. Me transfieren dos, uno tipo B y otro C. Del resto no pueden vitrificar ninguno.
 
Junio 2014: Beta negativa.
 
Septiembre 2014: Seguimos buscando un porqué. Histeroscopia diagnóstica. Todo normal, como siempre. Doc apunta a una posible mala calidad de mis óvulos pero, aunque pocos, solemos conseguir un par de embriones de calidad en cada estimulación. Así que seguimos adelante.
 
Octubre 2014: Tercera FIV. La estimulación va muy bien. Doc cuenta hasta 11 folículos de buen tamaño. Pero el día de la punción descubren que la ovulación ha empezado antes de tiempo y solo pueden rescatar dos óvulos. Fecunda uno. Muy buena calidad. Lo vitrifican en día 3 porque tengo la progesterona y el estradiol muy elevados.
 
Diciembre 2014: Transferencia en ciclo natural de nuestro pequeño campeón. Beta negativa a los 10 días.
 
Enero 2015: No sabemos qué hacer. Doc propone otra FIV (la tercera-bis). Quiere estar seguro de que lo nuestro no es solo “mala suerte” antes de tomar otras decisiones. Nos propone un tratamiento en dos partes: Estimulación y vitrificación / Descanso/ Transferencia.
Es “su regalo”.  Solo pagaremos la medicación. Es nuestra última canción… el último bis antes de tomar otro camino.
 
 
Pd.- Perdonad por una entrada tan larga! Necesitaba sacarlo todo antes de volver a empezar…